La palabra gigante nos es familiar desde que somos pequeños,
y casi nunca tiene una connotación positiva. Ahí donde escuchas Gigante ¡Ten
cuidado!
En nuestros tiempos pasamos de los gigantes de las
comunicaciones a los monstruos de la banca en un abrir y cerrar de ojos. No es
extraño entonces que nuestros antepasados magnificaran también a hombres,
criaturas y fuerzas incontrolables, bajo el título de gigantes.
En la Biblia
se habla se una raza de gigantes fruto del amor entre ángeles (caídos por
supuesto) y mujeres (tal vez hombres) de nuestra tierra. Dentro de las muchas
mitologías conocidas existen variedad de gigantes y sería realmente extenso
dedicarme a cada una, pero en este post quiere darle mi atención a los Jotuns.
Si nos remontamos a los orígenes del mundo, según la mitología
nórdica, tendremos a Ymir, el primer gigante de hielo, quien jugó un papel de
manera significativa en la creación del mundo tal cual lo vemos. De él
surgieron otros gigantes, quienes habitaron otros mundos, alejados de los
Dioses que no soportan la competencia menos en cuanto a fuerza y poder. No
obstante a veces el agua y el aceite se mezclan, para esto buen ejemplo el de
Thor y Odin con la giganta Jarnsaxa.
El retrato del gigante malévolo, monstruoso, salvaje es
común a todas las creencias y mitos y en muchos de ellas tiene estricta
similitud con las fuerzas de la naturaleza y de lo oculto.
Tienen enormes
cuerpos, poseen incluso varias manos y cabezas. Sin embargo, como simbolizan
las energías destructoras del mundo natural, tienen también su dimensión
positiva puesto que son los que atesoran la memoria, siendo los dueños del
tiempo y de la inmortalidad.
Para quienes
quieran profundizar en la mitología nórdica, les dejo un par de enlaces de interés.
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